Vigilia Pascual

31 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno (Gén 1, 1 - 2, 2)
  • Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra (Sal 103)
  • El sacrificio de Abrahán , nuestro padre en la fe (Gén 22, 1-18)
  • Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti (Sal 15)
  • Los hijos de Israel entraron en medio del mar, por lo seco (Éx 14, 15-15,1a)
  • Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria (Sal: Éx 15, 1-18)
  • Con amor eterno te quiere el Señor, tu libertador (Is 54, 5-14)
  • Te ensalzaré, Señor, porque me has librado (Sal 29)
  • Venid a mí y viviréis. Sellaré con vosotros una alianza perpetua (Is 55, 1-11)
  • Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación (Sal: Is 12, 2-6)
  • Camina al resplandor del Señor (Bar 3, 9-15. 32-4,4)
  • Señor, tú tienes palabras de vida eterna (Sal 18)
  • Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo (Ez 36, 16-17a. 18-28)
  • Oh, Dios, crea en mí un corazón puro (Sal 41)
  • Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más (Rom 6, 3-11)
  • Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea (Mt 28, 1-10)
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Viernes Santo

30 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Él fue traspasado por nuestras rebeliones (Is 52,13-53,12)
  • Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (Sal 30)
  • Aprendió a obedecer; y se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación (Heb 4, 14-16; 5, 7-9)
  • Pasión de nuestro Señor Jesucristo (Jn 18, 1- 19,42)
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Jueves Santo

29 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Prescripciones sobre la cena pascual (Éx 12, 1-8. 11-14)
  • El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo (Sal 115)
  • Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor (1 Cor 11, 23-26)
  • Los amó hasta el extremo (Jn 13, 1-15)
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Pureza de corazón

DISCÍPULO: ¿Cuáles son los indicios de que uno ha alcanzado la pureza del corazón? ¿Cuándo sabe uno que su corazón ha llegado a esa pureza?

MAESTRO: Quien ve la belleza en todos los hombres y ninguno le parece impuro o contaminado, éste se mantiene verdaderamente en la pureza. Pues, de otra manera, ¿cómo podría cumplirse la palabra del Apóstol cuando afirma que “aquel que se mantiene en la virtud plena piensa que todos los demás son mejores que él, en el corazón y en verdad”? (cf. Flp 2,3), si este hombre no ha llegado a lo que está escrito en otro lugar: “Los ojos puros no ven el mal” (cf. Tit 1,35).

Isaac de Nínive – Siglo VII

Domingo de Ramos

25 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)







Procesión
Misa
  • No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado (Is 50, 4-7)
  • Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Sal 21)
  • Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo (Flp 2, 6-11)
  • Pasión de nuestro Señor Jesucristo (Mc 14, 1 - 15, 47)
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Todavía soy débil

Señor, tú que no eres más que dulzura y suavidad,
soporta mi enfermedad,
que me hace desfallecer,
alejando con frecuencia mi pensamiento de ti.

Pero si tú me sostienes, no sucumbiré.
Apoyándome en ti, seré fortalecido.
Porque todavía soy débil e inestable.

Pero tú tienes piedad de mí,
porque estás lleno de dulzura y de ternura,
y tu misericordia es inmensa
para todos los que te invocan.











        San Agustín (+430)

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V Domingo de Cuaresma

18 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • Haré una alianza nueva y no recordaré los pecados (Jer 31, 31-34)
  • Oh, Dios, crea en mí un corazón puro (Sal 50)
  • Aprendió a obedecer; y se convirtió en autor de salvación eterna (Heb 5, 7-9)
  • Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto (Jn 12, 20-33)
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¿Un mundo nuevo?

(La novela se basa en la ficción de que hay una tierra donde los hombres que llegan a ella inician una vida nueva olvidando los recuerdos de su antigua vida, de su vida pasada. En esta tierra de la vida nueva, prevalece lo universal abstracto sobre lo particular individual, que es visto como un recuerdo del pasado que hay que olvidar. Un mundo así ¿es más o menos humano que el mundo anterior del que se procede? ¿Qué es más conforme con las exigencias del corazón del hombre? Ésta es la cuestión que subyace a toda la novela)

(Simón traba amistad con Elena, la madre -sin marido- de un niño que se ha convertido en el mejor amigo de Jesús, el niño que va con él y con quien se comporta como un tutor, mientras buscan a su madre. Sobre la necesidad de suprimir todos los recuerdos, afirma Simón:)

- Es cierto: no tengo recuerdos. Pero las imágenes persisten, sombras de imágenes. No sabría explicar por qué. También persiste algo más profundo que yo llamo "el recuerdo de haber tenido recuerdos".

- Estoy empezando a pensar que hay algo en mi forma de hablar que da a entender que sigo anclado en el pasado, que no he olvidado.

- Olvidar lleva su tiempo -dice Elena-. Una vez hayas olvidado de verdad, desaparecerá tu sensación de inseguridad y todo será mucho más fácil.

- Por favor, Elena, no me malinterpretes. No valoro tanto mis viejos recuerdos. Estoy de acuerdo contigo: no son más que una carga. No, lo que me resisto a dejar atrás es otra cosa, no son los recuerdos en sí mismos, sino la sensación de habitar un cuerpo con un pasado, un cuerpo empapado en su pasado. ¿Lo entiendes?

- Una vida nueva es una vida nueva -dice Elena-, no volver a vivir la antigua en un sitio distinto.

- Pero ¿de qué sirve una vida nueva -le interrumpe él-, si no nos transforma ni nos transfigura? A mí no me ha transfigurado.

(Mientras viaja en un autobús con Elena y su hijo Fidel, así como con Jesús)

Los dos niños, en el asiento de delante, están susurrando y riéndose. Él toma la mano de Elena entre las suyas. Ella no intenta soltarse. No obstante, de ese modo inescrutable en que habla el cuerpo, su mano responde. Muere como un pez fuera del agua.

- ¿Puedo preguntarle -dice- si es incapaz de sentir algo por un hombre?

- No es que no sienta nada -responde ella despacio y midiendo las palabras-. Al contrario, siento buena voluntad, mucha buena voluntad. Por usted y por su hijo. Afecto y buena voluntad.

- ¿Por buena voluntad se refiere a que nos desea lo mejor? Estoy intentando entenderlo. ¿Siente benevolencia por nosotros?

- Sí, eso es.

- Debo decirle que esa benevolencia es lo que encontramos constantemente. Todo el mundo nos desea lo mejor y está dispuesto a ayudarnos. Nos vemos transportados literalmente por una nube de buena voluntad. Pero todo es un poco abstracto. ¿Puede la buena voluntad satisfacer por sí sola todas nuestras necesidades? ¿No es parte de nuestra naturaleza anhelar algo más tangible?

IV Domingo de Cuaresma

11 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • La ira y la misericordia del Señor serán manifestadas en el exilio y en la liberación del pueblo (2 Crón 36, 14-16. 19-23)
  • Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti (Sal 136)
  • Muertos por los pecados, estáis salvados por pura gracia (Ef 2, 4-10)
  • Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él (Jn 3, 14-21)
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Situaciones cristianamente irregulares de convivencia conyugal


1.- Los grandes principios que determinan la postura (disciplina) de la Iglesia en esta materia.

a) El cuerpo forma parte del ser de la persona humana.

El hombre no tiene cuerpo sino que es corporal. La categoría del “tener” no es aplicable de manera adecuada al cuerpo humano porque el cuerpo del hombre no es un instrumento ajeno a su ser personal y manejado por él, sino que forma parte del ser personal del hombre. De modo que cuanto acontece a mi cuerpo me acontece a mí. Si alguien me da una bofetada o un beso no está abofeteando o besando un instrumento mío sino que me está abofeteando o besando a mí.

b) Ser cristiano es pertenecer a Otro, a Cristo, ser Suyo por completo.

El cristiano, por el bautismo, pertenece a Cristo íntegramente, en alma y cuerpo, y no puede, por lo tanto, disponer de su ser autónomamente porque ese ser no es suyo sino de Cristo: sólo cuando Cristo le entregue a otro es cuando él podrá entregarse. Quienes no son cristianos pueden ver esto como una forma de esclavitud, de pertenencia a otro. Pero se trata de una esclavitud y de una pertenencia libre, realizada por amor: “Que mi amado es para mí y yo soy para mi amado” (Ct 2,16).

c) El concepto bíblico de amor.

Amar es hacer alianza con alguien. No es una cuestión de sentimientos o de gustos, sino de libre decisión de mi voluntad: nadie está obligado a hacer alianza con alguien, pero si libremente la hace, una vez hecha, el único desafío humano que queda es ser fiel a esa alianza libremente contraída. El libro de Rut expresa bellamente lo que significa hacer alianza con alguien en las palabras que Rut le dirige a Noemí: “No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios” (Rut 1,16).

Lo propio de la alianza matrimonial es que comporta una exclusividad y una radicalidad única, pues consiste en decir: «después de Dios, tú eres para mí la persona más importante, no eres ni serás nunca “una más”, sino la única: “Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas (e innumerables las doncellas). Única es mi paloma, mi perfecta” (Ct 6,8-9)». Esto exige una fidelidad total y absoluta, por la cual sé que puedo contar contigo siempre, que siempre estarás ahí, a mi lado, junto a mí, como yo estaré contigo y junto a ti y que ocurra lo que ocurra y pase lo que pase siempre estaré contigo. 

d) Qué es casarse por la Iglesia.

“Casarse por la Iglesia”, recibir el sacramento del matrimonio, no es algo puramente humano sino algo divino, que se le regala a una decisión humana –la de unir para siempre las dos vidas por amor-, pero que convierte esta decisión humana en un sacramento, es decir, en un signo eficaz del amor de Dios a los hombres, de la obra salvífica de Cristo. Los novios cristianos le dan a Cristo su proyecto de vida, su unión para siempre, y Cristo la acepta y la convierte en un signo eficaz del amor que Él tiene a su Esposa, la Iglesia. Ese amor es un amor siempre fiel, incluso cuando su esposa, la Iglesia, le es infiel; por lo tanto es un amor que conoce el perdón y el dar la vida por el otro. Por eso escribe san Pablo: “Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola por el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Ef 5, 25-27).

III Domingo de Cuaresma

4 de marzo de 2018
(Ciclo B - Año par)






  • La ley se dio por medio de Moisés (Jn 1, 17)
  • Señor, tú tienes palabras de vida eterna (Sal 18)
  • Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios (1 Cor 1, 22-25)
  • Destruid este templo, y en tres días lo levantaré (Jn 2, 13-25)
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